Hiperplasia benigna de próstata
El Dr. José Antonio Cánovas, médico especialista de Urología y doctor en medicina y cirugía del Hospital San Carlos de Dénia ha tenido la oportunidad de hablar con el equipo de Cadena Cope Dénia de la hiperplasia benigna de próstata, es decir, el crecimiento anómalo de la glándula.
La hiperplasia benigna de prostática es la enfermedad prostática más frecuente, la palabra benigna ya nos debe hacer perder el miedo. Es el crecimiento de la glándula que se produce inexorablemente con el paso del tiempo y que provoca fundamentalmente dos tipos de síntomas:
- Dificultades para poder vaciar la vejiga. El chorro pierde fuerza, cuando termina la micción el paciente refiere la sensación de que no la ha vaciado del todo.
- Los síntomas contrarios como no llegar a tiempo al baño, levantarse 4 ó 5 veces al baño por la noche…
¿Cómo es el diagnóstico de la Hiperplasia benigna de próstata?
Una vez ya conocidos los dos síntomas nos amparamos en una ecografía que nos dé información morfológicas y una flujometería que nos va dará información funcional de cómo se vacía esa vejiga, cuál es el flujo máximo, el tiempo que tarda al paciente en vaciar la vejiga.
El perfil del paciente en cuanto a edad suele darse a partir de los sesenta y cinco años, es decir, la hiperplasia benigna de próstata se asocia a la edad.
¿Cuál es el tratamiento de la Hiperplasia benigna de próstata?
Existen tanto tratamientos farmacológicos como no farmacológicos.
Los farmacológicos son utilizados para la reducción del tamaño prostático o bien para que podamos ensanchar el canal por el que circula la orina que se llama uretra.
Los tratamientos quirúrgicos menos invasivos son los que se hacen a través del conducto del pene.
Cuándo sabemos que este tipo de tratamiento quirúrgico no va a ser eficaz, realizamos una cirugía abierta.
¿Cuáles son las causas de la disfunción eréctil?
La disfunción de la erección, cuando no se logra mantener una erección adecuada que permita una relación sexual satisfactoria o de calidad, puede ser causada por la diabetes tipo dos, la hipertensión arterial y las lesiones vasculares.
Otras patologías que pueden afectar son las de índole psiquiátrica, como la ansiedad y la depresión.